jueves, 6 de agosto de 2009

Tiempo, disfrute y la senda del robot

Ayer salí a caminar.

Caminar por caminar es algo que no suelo hacer. Se supone que debería disfrutar haciéndolo, se supone que debería ir mirando por donde voy, absorbiendo esos rincones por los que paso. Pues no es así. Yo mismo me sorprendí en un sitio precioso de la Diagonal de Barcelona y ya prácticamente me lo había pasado sin darme cuenta.

¿Por qué vamos tan acelerados? ¿Por qué estamos tan insensibilizados? Yo no quiero ser un robot presa de las prisas y el estrés (prisas incluso cuando no había ninguna prisa). Luego me metí en una gran librería y, para compensar, disfruté como un enano inspeccionando libros. Ni corto ni perezoso, como símbolo de mi voluntad de no doblegarme a la rutina del robot, compré momo.

Pero aún así vamos "apañaos"... ¿por qué nos resulta mas fácil disfrutar con algo que nos gusta y que está puesto ahí para que lo compremos que con algo que nos gusta que está ahí para que lo disfrutemos?. Está muy claro, en mayor o menor medida, estamos programados para consumir.

Intentaré mejorar.

2 comentarios:

  1. Interesante post. Me he sentido muy identificado.
    Y bonito comentario, Mandarino.
    Me acuerdo de una vez (hace más de una década), que salí un tanto afligido del trabajo y di un paseo en solitario, por Paseo de Gracia hasta llegar por Gran de Gracia y esa zona (que desconocía). Disfrute mucho de ese paseo y me olvide de los problemas. También me acuerdo de cuando volví de estar casi un año en un proyecto en Almería (una ciudad muy tranquila). Un día al ir al trabajo, estaba haciendo un trasbordo en Pza Cataluña y me di cuenta de que iba a toda pastilla. Me había sumado al flujo veloz de la gente. Al estrés de Barcelona.

    ResponderEliminar